Familia venezolana pierde protección migratoria en EE. UU. y decide regresar a Venezuela por temor a la deportación: "Lloré muchísimo"
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Los venezolanos Andreina y José Luis llegaron con su hija a Estados Unidos, pero el temor a ser separados como familia fue más fuerte que cualquier esperanza de quedarse.

El sueño americano de Andreina Rodríguez y su familia terminó entre lágrimas, maletas a medio cerrar y una hija que no quería despedirse. Tras perder el Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos, esta familia venezolana decidió dejar atrás Chicago y regresar a su natal Táchira por miedo a una deportación.
"Mi mayor miedo era que nos deportaran y que nuestra hija se quedara sola", confesó Andreina en una entrevista con Univision. La posibilidad de una redada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) bastó para tomar una de las decisiones más difíciles de sus vidas.
Familia venezolana pierde el TPS y regresa a Venezuela por temor a la deportación
Andreina y su pareja José Luis llegaron a Estados Unidos en busca de una nueva oportunidad. Trabajaban en un almacén de repuestos y su hija, de 9 años, asistía a la escuela. La vida no era fácil, pero habían logrado estabilidad en Chicago.
Hasta que llegó el anuncio oficial del Gobierno de Donald Trump: el TPS llegaba a su fin. Esta protección migratoria expiró el 7 de noviembre de 2025. El programa permitía a miles de migrantes residir, trabajar y conducir legalmente en Estados Unidos. Tras el final de este beneficio, muchas familias quedaron expuestas a ser detenidas y expulsadas.
El temor a ser separados como familia fue más fuerte que cualquier esperanza de quedarse. "Un día, cuando la fui a dejar a la guardería, me dijo: 'mami, a veces me da miedo que no vengas a recogerme'. Ese día se me quebró la voz", relató Andreina entre lágrimas. Así, con pocas pertenencias, decidieron regresar a Táchira, en el occidente de Venezuela.
Regresaron a Venezuela por temor a la deportación
Con el corazón partido y pocas pertenencias, la familia venezolana empacó todo en una habitación. "Yo decía: 'Dios mío, no sé si me dará la oportunidad de volver a estar aquí'. Lloré muchísimo", recordó Andreina. El viaje de regreso a Venezuela no fue solo físico: también fue emocional.
Al llegar a Táchira, sus seres queridos los recibieron con mariachis, música llanera y abrazos. Pero la alegría del reencuentro no borró el dolor por todo aquello que dejaron atrás. "Cuando veo las imágenes de las redadas en la ciudad, pienso en los que dejé allá", expresó Andreina con tristeza.
Vicky, la más pequeña, sufrió al despedirse de su prima, a quien consideraba una hermana. "No quería regresar", contó su madre. El cambio fue duro para todos, pero la tranquilidad de estar juntos les devolvió algo de paz.

