¿Qué es el síndrome de Ulises y cómo afecta a los inmigrantes? Psicóloga advierte sobre "síntomas preocupantes"

Este síndrome se caracteriza por tristeza, ansiedad y estrés, y afecta especialmente a quienes recién migran a un país.

Ana y Alexander, inmigrantes en España y EE. UU., enfrentan el "síndrome de Ulises". Este trastorno emocional se relaciona con la ansiedad y la depresión.
Ana y Alexander, inmigrantes en España y EE. UU., enfrentan el "síndrome de Ulises". Este trastorno emocional se relaciona con la ansiedad y la depresión. Difusión
por Pub. 26 ago 2025 Act. 26 Ago 2025 | 12:18 h

Ana es una peruana que llegó a España en 2020 en busca de una vida mejor, pero las cosas han sido más complicadas de lo que imaginó. Al otro lado del globo, Alexander, un joven salvadoreño, cruzó la frontera de México con Estados Unidos, y hoy teme por su permanencia en California, en el contexto de medidas migratorias cada vez más estrictas.

¿Qué tienen en común los inmigrantes? Ambos experimentan el popular ''síndrome de Ulises'', que afecta a los extranjeros, y puede evidenciarse en síntomas graves que suelen pasar desapercibidos. La psicóloga clínica Elizabeth Espinoza explica cómo se manifiesta el cuadro emocional en las personas y cómo puede minimizarse su impacto negativo.

¿Qué es y cuáles son los síntomas del Síndrome de Ulises?

Si bien no es considerado un término clínico ni un diagnóstico oficial dentro de la Psicología, los especialistas reconocen al Síndrome de Ulises como un malestar generalizado y usado para describir principalmente los síntomas que experimentan las personas cuando dejan su lugar de origen o se enfrentan a un entorno cultural completamente distinto.

Dentro de los síntomas emocionales, pueden ser:

  1. Tristeza
  2. Miedo
  3. Llanto
  4. Estrés elevado
  5. Soledad
  6. Aislamiento
  7. Baja concentración
  8. Cambios en la alimentación
  9. Patrón de sueño inconsistente

''El síndrome de Ulises o síndrome del inmigrante se le llama así por un personaje mitológico “Ulises” el cual afrontó peligros y pérdidas, así como muchos inmigrantes lo viven en carne propia. Esto trae consigo diversos factores estresantes, llámese miedo a ser detenido o deportado, sobre todo si no cuentas con permiso para radicar en otro país'', precisó la especialista.

En el caso de Ana, ella pudo realizar sus trámites migratorios en cuestión de meses, pero la vida en España puede ser costosa. Ella trabaja cuidando adultos mayores en sus casas, y a veces también le pagan un adicional por limpiar y cocinar. ''Igual vivo con lo justo, porque también tengo que mandar a Perú'', narra la señora de 52 años, quien vive en Bilbao con sus dos hijos.

La madre de familia tiene sobrinos a los que ayuda, y dice que tiene temor por la creciente crisis que enfrenta Perú. ''Quizá también tengan que venirse para acá, y sería otro gasto'', comenta apenada, pero indica que igual los apoyaría. Además, menciona que en España, la actitud hacia los inmigrantes es cada vez más hostil por parte de los ciudadanos.

¿Por qué el Síndrome de Ulises se manifiesta en los inmigrantes?

El síndrome suele ser peor para aquellos inmigrantes que recién han llegado a un nuevo país, ya que recién se están adaptando a la cultura, el clima, entre otros. La psicóloga explica: ''Si están solos o no cuentan con una red de apoyo, estos factores pueden generar estrés crónico asociado a la ansiedad y depresión. Es un efecto de cadena''.

''Si tienes trámites pendientes o estás desempleado, vivirás con estrés e incertidumbre constante. Si a esto le sumas el desgaste emocional y físico, si es que no tienes desde ya insomnio, fatiga irritabilidad, que te generará el estar a la expectativa. Y si, además, tienes dificultades para relacionarte o integrarte acarrearás problemas de salud mental, como la depresión y ansiedad'', comenta la especialista.

La mamá de Alexander no consigue trabajo, a pesar de tener un permiso laboral vigente. Ella sostiene el hogar con ayuda de su nueva pareja y algunos empleos eventuales. ''Es lo que hay, yo también la apoyo con lo que gano'', cuenta el joven de 23 años, que trabaja en una tienda de comestibles con temática latina. Gana US$16.50 la hora, el mínimo en el estado de California. Ellos llegaron al país en enero de 2024.

Hoy, ante la situación migratoria durante la administración de Donald Trump, y por su nacionalidad, Alexander teme ser expulsado de la nación. Si bien él no entró con el TPS, su caso de asilo está pendiente, y no sabe qué le depara el futuro. ''Se ve que la migra (agentes de ICE) está deteniendo gente afuera de las cortes'', dice él, y hace referencia a los arrestos en tribunales migratorios.

La especialista comparte una serie de recomendaciones para que los extranjeros puedan mejorar los síntomas del síndrome:

  1. Socializar con los compañeros de trabajo, vecinos
  2. Romper el miedo o la vergüenza a pedir ayuda, aceptarla y ser respetuoso
  3. Unirse a asociaciones donde se comparten actividades comunitarias. También existen espacios de ayuda y acompañamiento, como asesoría legal, viviendas y empleo
  4. Pedir ayuda cuando sea necesario. Existen trabajadores sociales y terapeutas comunitarios que brindan servicios gratuitos o de bajo costo

¿Cómo manejar el racismo o xenofobia en otro país?

Ana y Alexander han vivido de primera mano casos de discriminación por su origen y su apariencia. Ambos son morenos, y cuentan experiencias similares, como miradas de desdén o comentarios pasivo-agresivos. La psicóloga Espinoza menciona que el racismo y la xenofobia que enfrentan los inmigrantes ''son problemas sociales, no personales''. Ella recomienda lo siguiente:

  1. Debes reconocer que no es tu culpa, y que no estás solo: muchas personas atraviesan situaciones parecidas.
  2. Habla o denuncia si es necesario, documenta los hechos y repórtalo. Existen organizaciones que ayudan a los inmigrantes.
  3. Las redes de apoyo ayudan en aliviar esa carga emocional silenciosa que no todos se atreven a contar con facilidad.
  4. Cuida tu salud mental, practica el autocuidado y recuerda que todas tus emociones son válidas y son necesarias para sanar.
  5. No necesitas responder todo acto hostil. A veces es mejor optar por tu paz y alejarte de entornos dañinos, aprender a poner límites es un acto de amor propio.

''Ser diferente no es sinónimo de ser débil, es una fortaleza. Todo lo que has construido y lo que llevas es valioso. Y aunque el camino sea o se ponga difícil nunca estarás solo/a en esta lucha'', finaliza.