EE. UU. deporta a estudiante de Honduras con una supuesta orden de expulsión: "No puedo retroceder el tiempo"
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Hondureña fue arrestada en el aeropuerto de Boston mientras intentaba viajar a Texas para celebrar el Día de Acción de Gracias con la familia.

Una joven estudiante de Honduras fue deportada de Estados Unidos en pleno feriado de Acción de Gracias, pese a asegurar que nunca recibió una orden de expulsión. Lucía López Belloza, de 19 años, quedó bajo custodia de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en el aeropuerto de Boston y partió hacia Honduras en menos de 48 horas.
El caso ha generado controversia, ya que la joven afirma no estar al tanto de ningún fallo migratorio en su contra. Según el abogado, no existen pruebas de una orden de deportación vigente y se violó una orden judicial federal que prohibía la expulsión durante 72 horas.
Estados Unidos deporta a estudiante de Honduras con una supuesta orden de expulsión
Lucía López Belloza, originaria de San Pedro Sula, había emigrado de Honduras a los 7 años. Cursaba el primer año universitario en Babson College y vivía legalmente en Estados Unidos. El pasado miércoles, terminó arrestada en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston mientras intentaba viajar a Texas para pasar las fiestas con la familia.
"Pensé: 'Déjame procesar todo lo que está diciendo, porque acaba de decir que me van a deportar'", contó López en entrevista con The Boston Globe. ICE afirmó que la deportación respondía a una orden de expulsión de 2015 dictada por un juez de inmigración. Sin embargo, el abogado Todd Pomerleau sostiene que "el único registro que encontramos indica que el caso fue cerrado en 2017".
Aunque un juez federal emitió una orden de emergencia para frenar la deportación, los agentes del ICE ejecutaron la expulsión dentro del plazo de 72 horas. La joven fue trasladada primero a Texas y luego a Honduras, esposada y con grilletes, según relató.
¿Qué sigue para Lucía tras la deportación?
Actualmente, Lucía se encuentra en San Pedro Sula, en casa de los abuelos. Aunque se muestra decidida a seguir adelante, el golpe ha sido fuerte. "Me siento bastante fuerte en este momento. Ya no puedo retroceder en el tiempo", dijo.
La mayor preocupación ahora es el futuro académico. "Se acercan los exámenes finales, literalmente la semana que viene, y no he podido estudiar. No he podido hacer nada de eso", alegó. Si la situación no cambia, considera matricularse en una universidad local en Honduras para no abandonar por completo los estudios.

